Por más que tratamos de evitarlo, la publicidad que persigue a
Lawrence continúa siendo negativa. Terminamos el 2005 en medio del
escándalo entre Laboy y McGovern (todavía pendiente en el 2006) y
comenzamos este año con la discordancia entre el Alcalde Michael
J. Sullivan y el Jefe de Bomberos Joseph Marquis.
Esta situación fue elevada a un nivel innecesario,
ridiculizando la ciudad, dividiendo aún más a la comunidad y lo
peor es que la seguridad de nuestros niños no parece estar en la
mente de nadie. El Alcalde Sullivan se sintió insultado cuando el
Jefe de Bomberos no le respondió una llamada y le va a dar una
suspensión de cinco días. Entretanto, esto fue cuestión de seguir
las reglas para poder justificar sus acciones y eso se ha perdido
en la controversia.
A riesgo de manchar su récord de personal, el Chief Marquis tuvo
que protegerse en caso de una tragedia. Imagínese que pasaría en
caso de un incendio en la escuela secundaria de Lawrence con casi
3,000 estudiantes y cientos de empleados en el edificio. ¿A quién
cree que los dedos van a señalar si alguien es lesionado? Han
pasado más de 21 días y no hay alarma de incendio el
intercomunicador no funciona en el gimnasio o en la cafetería,
tampoco la alarma visual para los estudiantes discapacitados.
El ayuntamiento está plagado de la falta de comunicación en todos
los departamentos y los problemas abundan creando condiciones muy
deplorables para los empleados municipales. La situación con la
alarma de incendio en el high school nunca debió llegar a esto.
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